Sorprendió un león a una liebre que dormía tranquilamente.
Pero, cuando estaba a punto de devorarla, vio pasar a un ciervo. Dejó entonces a la liebre por perseguir al ciervo. Despertó la liebre ante los ruidos de la persecución, y no esperando más, emprendió su huida.
Mientras tanto, el león, que no pudo dar alcance al ciervo, ya cansado, regresó a tomar la liebre y se encontró con que se había escapado.
Entonces se dijo el león:
-Bien me lo merezco, pues teniendo ya una presa en mis manos, la dejé para ir tras la esperanza de obtener una mayor.
Ya lo dice el conocido refrán: "Más vale pájaro en mano que ciento volando". Hay que aprender a identificar las oportunidades del entorno y aprovecharlas en el momento oportuno, sin distraerse con otras posibilidades menos factibles,
ResponderEliminar